Hoy en día todos hemos oído hablar de alguien cercano que ha sufrido un cáncer o al que le han diagnosticado un tumor, ambos términos se utilizan como sinónimos. Los animales de compañía no están exentos de manifestar esta enfermedad, cada vez es más frecuente. Esto se debe a que los animales viven más años y los veterinarios tenemos más herramientas a nuestro alcance para diagnosticar cánceres que hace unos años no llegaban a desarrollarse o que se nos pasaban por alto.
Este hecho, ligado a la predisposición del propietario para curar o al menos garantizar una buena calidad de vida a su animal, hace que nos encontremos ante la, a veces difícil, decisión de tener que elegir si operar o no nuestro animal y/o someterlo a un tratamiento de quimioterapia.
¿Qué es el cáncer?
El cáncer no es más que una o varias células del propio organismo de nuestro animal que se reproducen de forma descontrolada y que no siguen “las reglas generales” de convivencia con el resto de células del cuerpo. Esto provoca una serie de problemas que hacen imposible que el animal lleve una vida completamente normal o que incluso, pueden llegar a poner en peligro su vida.
¿Cuáles son los síntomas de un cáncer?
Los síntomas son imposibles de enumerar ya que hay muchísimos tipos de cáncer, casi tantos como distintos tipos de células existen en el cuerpo. Esto hace que en función de las células que estén afectadas, el animal desarrolle una sintomatología diferente en cada caso e incluso, dos animales con el mismo tipo de tumor pueden reaccionar de formas diferentes.
¿Qué pruebas son necesarias para diagnosticarlo?
Lo más frecuente es realizar una biopsia del tejido que se sospecha que está afectado. De esta forma, y en el laboratorio, se podrá determinar sin dudas qué células son las que están causando el problema.
Sin embargo, existen muchas pruebas antes de llegar al diagnóstico definitivo (realizado por biopsia) que nos pueden orientar ante la posibilidad de que el animal tenga un tumor. El veterinario será quien decidirá cuáles son las más idóneas en cada momento y en cada paciente.
¿Cuál es el tratamiento?
Existen infinidad de tratamientos ya que hay infinidad de tipos de cáncer. Cada uno de ellos tendrá necesidades específicas para su tratamiento. Encontramos tumores benignos que ni siquiera representan un riesgo para la vida del animal y para los que puede servir simplemente la extirpación quirúrgica. Otros tumores son malignos, pero diagnosticados a tiempo pueden ser tratados con cirugía y no dar mayores problemas. Hay quienes, por su particular localización o facilidad de reaparición, una vez extirpados necesitan cirugía y un tratamiento posterior con quimioterápicos. Finalmente, algunos no tienen solución quirúrgica y la única manera de tratarlos es con fármacos.
¿Por qué la quimioterapia tiene efectos secundarios?
Las células que forman el cáncer son células que en un inicio habían formado parte de nuestro organismo y por tanto, son extremadamente parecidas a las células normales del cuerpo. Al atacar estas células inevitablemente atacamos algunas sanas.
Las células cancerosas tienen una velocidad de reproducción mucho más alta que las sanas, por lo que las atacaremos para que no se dividan. Sin embargo, en el organismo también hay células que se dividen muy rápido de manera normal y son estas las que sufren las peores consecuencias del tratamiento (células de la sangre, del intestino, de la piel, etc).
Sin embargo, algunos de los efectos más visibles en las personas no llegan a observarse en animales (caída de pelo) o son fácilmente controlables (vómitos y diarreas). Así pues, la quimioterapia tal y como la entendemos en personas, no es cómo la viviremos si es nuestro animal quien la recibe. Los tratamientos se realizan adaptados a las necesidades de la especie, la raza, el tipo de tumor y las posibilidades terapéuticas de las que disponemos en el campo de la veterinaria.
¿Vale la pena tratar a mi animal?
Su veterinario podrá orientar al propietario del animal para que conozca todas las posibilidades existentes y pueda tomar la decisión adecuada. Estas posibilidades dependen del diagnóstico, pronóstico y posible tratamiento que exista.
Los veterinarios recomendaremos tratar al animal siempre que éste pueda tener una calidad de vida aceptable y lo más parecido posible a la que llevaba antes de la aparición de la enfermedad. Con todo, tendremos en cuenta que en ocasiones sólo conseguiremos algunos meses de vida y en otras conseguiremos curar completamente al animal.
El mejor consejo es intentar hacer una buena prevención con visitas periódicas al veterinario para detectar los problemas cuando empiezan, ya que siempre serán más fáciles de tratar y tendrán un mejor pronóstico para el animal
Autor del post: Jordi Illas, veterinario
