La COVID-19, causada por el SARS-CoV2, es una realidad que ya hace más de un año que está entre nosotros. La creciente inseguridad que este virus ha generado hace que a menudo nos planteemos hasta qué punto nuestras mascotas están exentas de contagiarse y sufrir la enfermedad.
La pandemia actual se mantiene a través de la transmisión del SARS-CoV-2 de humano a humano. La información disponible actualmente sugiere que este virus es de origen animal. De hecho, el pariente vírico conocido más cercano del SARS-CoV-2, es un coronavirus que circula entre poblaciones de murciélagos (del género Rhinolophus). A pesar de estos datos, actualmente se sospecha que entre estos animales y el ser humano podría haber participado un huésped intermediario.
Se ha demostrado que hay especies animales susceptibles al virus cuando están en contacto con humanos infectados. También se ha comprobado que puede haber transmisión entre animales: entre humanos y visones y de éstos a los gatos; aunque aún no se ha demostrado que estos felinos puedan contagiar a personas. En cambio, las aves de corral y los bovinos, no son susceptibles.
A pesar de los resultados de los estudios, estas infecciones animales no son el motor de la actual pandemia. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la introducción del virus a nuevas especies animales podría acelerar su evolución dado que se han observado nuevas mutaciones a medida que el virus se adapta a nuevas especies.
Recientemente se han notificado varios casos de contagio del SARS-CoV-2 a animales de compañía. El pasado 3 de febrero de 2021 se notificaron dos casos con SARS-CoV-2, un gato en Letonia y un perro en Bosnia-Herzegovina. Los dos animales convivían con personas que padecían la COVID-19 aunque ninguno presentaba síntomas que se pudieran relacionar con la enfermedad. A pesar de esto, se detectó la presencia del virus en sus vías respiratorias.
Como conclusión, hay que tener en cuenta que nuestras mascotas no pueden sufrir nuestra COVID-19, sin embargo, al tener contacto directo con nosotros y otras personas pueden servir de vehículo de transmisión entre humanos (al pelo, aerosoles respiratorios, etcétera). La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) recomienda evitar el contacto con las mascotas si se sospecha o confirma que estamos enfermos de COVID-19, no obstante, es muy importante tener en cuenta, que no hay ninguna justificación para que se tomen medidas que puedan comprometer el bienestar de nuestros animales de compañía.
Autor del post: Ferran López, veterinario