1.- ¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso central que afecta concretamente el encéfalo. Se denomina también epilepsia idiopática, por el hecho que no se conoce la etiología (la causa exacta).
Hay que diferenciar la epilepsia en sí misma, como enfermedad, de los procesos que provocan convulsiones, puesto que las convulsiones pueden estar causadas por infinidad de problemas; la epilepsia entre ellos. En el perro la epilepsia idiopática es la causa más común de convulsiones.
2.- ¿La pueden sufrir tanto perros como gatos?
Sí. La epilepsia pueden sufrirla perros y gatos y también está descrita en otras especies animales, igual que la sufrimos también los seres humanos.
En gatos es más infrecuente puesto que la mayoría a veces se puede determinar un diagnóstico con causas subyacentes estructurales (por ejemplo neoplasias o encefalitis).
3.- ¿Cómo podemos detectarla?
El diagnóstico clínico de las convulsiones es relativamente fácil hoy en día, puesto que en caso de que nuestra mascota sufra un ataque convulsivo, podremos fácilmente grabar el episodio en caso de ser presentes. Esto facilita la tarea del veterinario clínico en la hora de clasificar el tipo de episodio a pesar de que si los episodios se dan cuando no somos con el animal, puede ser más difícil caracterizar la naturaleza de los acontecimientos.
Una vez somos conscientes que el animal sufre ataques o episodios de convulsiones, nos tenemos que poner en marcha para realizar una batería de pruebas clínicas (examen neurológico completo, analítica exhaustiva y otras pruebas de imagen complementarias), puesto que la mayoría a veces, al diagnóstico de la epilepsia idiopática, se llega al descartar toda una larga lista otras enfermedades que provoquen síntomas similares.
4.- ¿Hay alguna predisposición de raza?
Sí. Están descritas razas con más predisposición que otras y se sospecha de factores genéticos así como de alteraciones en algunos neurotransmisores como causa de la enfermedad. No haremos un listado de razas, puesto que la intención no es estigmatizar ninguna raza en concreto puesto que la epilepsia está descrita en todas las razas e incluso en cruzamientos.
5.- ¿Mi animal siempre tiene riesgo de tener epilepsia en algún momento de su vida?
Los ataques epilépticos típicamente empiezan a sufrirse entre los 6 meses y los 3 años de edad, pero hay casos en que no empiezan hasta más allá de los 5 años.
Algunas razas tienen una forma de epilepsia juvenil descrita en la que la aparición puede ser hacia las 4-12 semanas y la enfermedad deja de expresarse hacia los 6 meses. En este caso es lo qué denominamos epilepsia juvenil.
6.- ¿Qué es y como se produce un ataque epiléptico?
Los ataques o episodios en la epilepsia son típicamente convulsiones tònico-clónicas generalizadas, es decir, que se caracterizan por fases continuas de espasmo o contracción y posterior relajación de los músculos afectados. Normalmente los episodios duran entre 1 y 2 minutos.
Se pueden producir ataques parciales o focales, que no afectan la totalidad de los músculos corporales. En estos pacientes pueden aparecer ataques más generalizados a medida que avanza la edad del animal. Las convulsiones epilépticas aparecen típicamente en intervalos que a veces van de semanas a meses (sin episodios entremedias). Con el envejecimiento la severidad y frecuencia de los ataques aumenta, típicamente en razas grandes.
Los ataques se pueden dar en clústeres durante un periodo de 24 horas, de forma que el animal que hace semanas o meses que no tiene ningún ataque, sufre unos cuántos en este corto periodo. Es infrecuente que se produzca una primera presentación de la epilepsia idiopática en clústeres, pero si esto pasa, tendríamos que tener en mente otras alteraciones neurológicas como causa de los ataques.
Un aspecto a tener en cuenta de los ataques epilépticos es que se dan en diferentes fases: prodrómica, ictal y postictal.
Fase prodrómica: es la que sucede justo antes de que se dé el ataque convulsivo en su presentación evidente. Y esta fase puede durar desde minutos a horas. Los animales muchas veces son capaces de detectar que algo los está pasando y muchos propietarios son capaces de describir que sus animales “se han dado cuenta” que les vendía un ataque, puesto que sus mascotas los han venido a “avisar”.
Fase ictal: es el ataque convulsivo en sí mismo.
Fase postictal: es el tiempo que pasa desde el ataque convulsivo hasta que el animal vuelve a estar recuperado completamente. Esta fase es bastante variable y acostumbra a ser breve en la mayoría de animales, durando de minutos a menos de una hora, pero puede alargarse incluso algunas horas. En esta fase el animal muchas veces se encuentra desorientado y con cambios de conducta evidentes. La fase posictal nos permite diferenciar claramente un ataque convulsivo de un síncope o desmayo cardiogènic por ejemplo, puesto que de los síncopes el animal se recupera muy rápidamente y sin alteraciones de conducta.
7.- ¿Se puede curar o tratar?
La epilepsia no tiene cura a día de hoy en perros y gatos, pero sí que la podemos tratar para minimizar sus efectos. La terapia es a base de fármacos anticonvulsivos. Estos buscan subir el umbral de aparición de los ataques de forma que el animal tenga ataques con menor frecuencia y de una intensidad y duración también inferiores.
Se considera que los ataques epilépticos pueden agraviar el pronóstico de futuros ataques y hacerlos más violentos o intensos. Por eso, se considera que hay que tratar la epilepsia como antes mejor y evitar así el máximo número de ataques posible.
Así pues, a pesar de que tenemos que ser realistas y entender que nuestro animal no se curará y que nos encontramos ante una enfermedad crónica, en un 70 o 80% de los casos seremos capaces de obtener un muy buen control de la enfermedad de forma que bajarán drásticamente tanto la frecuencia como la severidad de los ataques.
8.- ¿Cuando tengo que tratar las convulsiones de mi animal epiléptico?
La respuesta evidente es “cuando os lo diga el especialista”. Puesto que, como ya hemos dicho, se harán toda una serie de pruebas antes de concluir que el animal es epiléptico y que necesita tratamiento.
Recientemente se ha establecido que hay que tratar los animales que hayan sufrido un ataque en los últimos 6 meses o cualquier animal que haya entrado en status epilepticus. A pesar de que hace años solo se trataban animales que tenían una frecuencia más alta de ataques, hoy en día se sabe que el animal se beneficia de ser tratado de manera más precoz.
9.- ¿Qué fármacos se usan para tratar la epilepsia?
No entraremos a describir cada fármaco que se usa, las dosis o las posologías, puesto que la farmacología evoluciona y van cambiando los protocolos utilizados a medida que surgen nuevos estudios que demuestran mayor efectividad en el control de la enfermedad.
El que sí que hay que saber es que en el momento en que se decida que tenemos que medicar nuestro animal, este requerirá la medicación por siempre jamás. Además, tendrá que ser monitorizado para estar seguros que le estamos administrando la dosis correcta y que sus funciones orgánicas siguen siendo buenas. Por lo tanto, habrá que estar comprometidos en la administración de la medicación así como en el seguimiento clínico y analítico que nos plantee el especialista.
Aparte de las medicaciones que tomará nuestro animal de manera diaria y crónica, puede ser que el especialista considere oportuno que tengamos una alternativa farmacológica a casa para administrarla de manera aguda en caso de que al animal se le desencadene un ataque siendo nosotros presentes. Una de las opciones más conocidas es la administración de un fármaco vía rectal (vía de administración que facilita las cosas en un momento de crisis y no tratándose de especialistas en la administración de medicaciones).
10.- ¿Qué grado de gravedad tiene? Peligra la vida de la mascota?
La epilepsia tiene la consideración de urgencia cuando se desarrolla el que ya hemos mencionado, el status epilepticus. Esta situación se considera en el momento en que el animal sufre una serie de ataques encadenados en los cuales no recupera la conciencia. Esta situación es especialmente crítica puesto que 20 minutos o más de duración continua de convulsiones se considera que pueden provocar daño neurológico permanente e irreversible. En un caso así será imprescindible el ingreso del paciente y la priorización del control de las convulsiones. Para asegurar la minimización de los daños cerebrales y garantizar las funciones vitales.
11.- ¿Qué se tiene que hacer y no se tiene que hacer ante un ataque epiléptico?
Se tiene que hacer:
- Mantener la calma.
- Dejar espacio al animal y apartar mobiliario u objetos de su alrededor para evitar que se pueda hacer daño.
- Contar la duración del ataque.
- Grabar la escena (si se puede) para facilitar la información al veterinario.
NO se tiene que hacer:
- Ponerse nervioso.
- Pretender parar los movimientos del animal.
- Abrir o manipular la boca del animal durante el ataque.
Así que os animamos a confiar la salud de vuestros amigos peludos a vuestro veterinario, puesto que, como hemos comentado, el hecho de que a nuestra mascota la diagnostiquen de epilepsia idiopática, solo nos cambia en el hecho de tener que estar algo más pendientes de ella y de dedicarle algunos recursos más. La epilepsia es una enfermedad controlable en la mayoría de casos y esto nos permitirá seguir disfrutando de una relación excelente con nuestra mascota.
Autor del post: Jordi Illas, veterinario